miércoles, 4 de abril de 2012

Chile cierra el telón del FITAZ 2012 La casa de los espíritus propone realismo mágico

Una obra basada en la novela de Isabel Allende clausura el festival de teatro.

Atmósfera de espectros, poesía y realismo mágico se desenvuelven en la obra La casa de los espíritus, de la Compañía de Teatro de Cámara. El elenco chileno cierra el telón del Festival Internacional de Teatro de La Paz (Fitaz) 2012, hoy a las 20.00, en el Teatro Municipal Alberto Saavedra Pérez.
Después de 13 días, la fiesta teatral se despide con la obra basada en la novela de Isabel Allende La casa de los espíritus. De acuerdo con la productora y directora de la puesta, Ana María Palma, el público verá la historia de una familia, que puede ser chilena, mexicana, peruana o boliviana, en medio de una situación política social determinada.
Palma cuenta que la obra se estrenó en Nueva York con un director norteamericano; en Chile, La casa de los espíritus se puso en escena con actores locales por 170 veces, en tres años. “La gente se emocionó hasta llegar a las lágrimas, porque se identificaron con lo que vivimos”.

Detalles. De acuerdo con Palma, en las dos horas y media que durará la puesta, habrá escenas en las que intervendrán proyecciones abstractas que crean una atmósfera con imágenes que van más allá del realismo y que apoyan la actuación del montaje.
A decir de Blanca Lewin, en el papel de Alba, la historia gira en torno a la nieta que sobrevive a la segunda mitad de siglo XX, en una escenografía nada realista, llena de fantasmas. Para Palma, es una puesta con mucho “realismo mágico”, por otro lado, se caracteriza por una buena interpretación de los actores.
El actor Cristian Requelme, en el papel de Esteban, anticipa que el público observará a un protagonista que envejecerá. “Se relata 60 a 70 años de historia en un personaje. Lo cual apela, obviamente, a la parte física y la parte vocal para tratar de ir embaucando al público, que verá a un personaje que va creciendo en la obra”.
Añade que si bien el tiempo de narración es largo, es necesario utilizar proyecciones y escenas que apoyen la historia, no dramáticamente de principio a fin, sino que se van contando extractos de la vida de los personajes, “eso hace que sea más dinámica la obra”.

El éxito. Según el actor, el éxito de la obra se debe a cómo Isabel Allende devela, en primera persona, a la nieta que habla de su abuelo y de su abuela, y que paralelamente se entrelaza una historia política y social. “Pero la escritora la cuenta latinoamericanamente, porque sucedió en Uruguay, Paraguay, Perú y Argentina”. Para Palma, la puesta es un encuentro con la historia.
La obra, interpretada por 11 actores, se repondrá mañana en Santa Cruz, para después actuar en Perú y otra temporada en México.

40 30 y 15 bolivianos son los precios de las entradas para ver la obra en el Teatro Municipal.

“La obra es un encuentro emotivo con la historia. Un análisis, un psicoanálisis con nuestra historia, que cada uno lo percibe y lo recibe a su manera”.

Ana María Palma / PRODUCTORA

La compañía teatro de cámara apunta a obras basadas en novelas. La Compañía de Teatro de Cámara nació en 1978 con el objetivo de hacer un teatro de arte, presentando obras de autores nacionales o extranjeros, con énfasis en Latinoamérica. En sus 33 años, montaron varias obras, afirma la productora general de la Compañía, Ana María Palma. Explica que se escoge, preferentemente, obras que sean un reflejo “del mundo en que vivimos”. En general, los autores son contemporáneos, que plantean una alternativa diferente a la vida, no obras que destruyan al ser humano, sino que muestren la realidad con alguna alternativa positiva. De acuerdo con Palma, la línea de trabajo en los próximos años serán obras basadas en novelas latinoamericanas como Pantaleón y las visitadoras, Las mil noches y una noche, de Mario Vargas Llosa, y El amor en tiempos del Cólera, de Gabriel García Márquez.

CAMILA DE URIOSTE / Columnista

Medea material de Kikinteatr

El Kikinteatr de Cochabamba presentó el lunes la obra de Heiner Muller, Medea Material, dirigida por Diego Aramburo. A partir de la tragedia de Eurípides, el dramaturgo alemán hace un texto poético sobre el violento dominio del hombre sobre la mujer. La estética de la puesta en escena de Aramburo es entre gótica y grotesca, y las imágenes de la primera parte, las tres mujeres vestidas de blanco cubiertas de polvo, son bellas y perturbadoras. El uso de música (¿rock?) en vivo hace un contraste interesante con esa estética del polvo y la decadencia. Por otro lado, la proyección de videos de una especie de reunión-entrevista en la que algunos jóvenes hablan de temas de género es irrelevante. El recurso no aporta a la poesía ni al drama de la puesta, ni se dice nada realmente relevante en esos videos para justificar su proyección. La primera parte de la obra transcurre así, como fragmentos de textos poéticos, imágenes, música y videos.
La segunda parte es el monólogo de Medea. La actriz interpreta una Medea-animal, una Medea-monstruo cuyo cuerpo ha perdido casi todo rastro de feminidad y humanidad. Sofisticado.

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